A partir del
estudio de caso realizado, me surgen muchos cuestionamientos a partir de la
temática abordada, la cual eran los valores. Frente a esta temática, me llevó a
reflexionar mucho sobre nuestro quehacer pedagógico y las implicancias que
tiene esta labor, mucha es nuestra responsabilidad en cuanto a la entrega de
valores, pero más aun educar en valores y hacer ejercicio de una ética
profesional en cuanto a nuestros actos. Sin duda alguna se vienen grandes
desafíos en cuanto a la praxis del tema, tomando en cuenta a la familia como el
primer agente educativo en la vida de los niños, por ende hacer partícipes a
las familias, fomentando su participación en este proceso tan importante como
lo es la educación de nuestros niños. Comprometernos con nuestra labor ya desde
nuestras prácticas universitarias como primer acercamiento a nuestra futura
profesión, desde aquí debemos crear los cambios, desafiándonos a nosotros
mismos, ¿seremos capaces de crear cambios? Sin duda alguna el estudio de caso
deja mucho para nuestra reflexión, adquiriendo nuevos desafíos y compromiso con
la educación y no tan solo con nuestra
labor profesional, sino como un estilo de vida, esto quiere decir, vivir en
valores, practicar lo que predicamos, por ejemplo, como futura educadora de
niños que están en plena formación valórica, creo como Carolina Zamora que
tengo una gran responsabilidad al crear en ellos una conciencia de ciertos
peligros como el cruzar la calle con luz roja, el cual puede traer grandes
consecuencias como un accidente, de esta manera, si yo les enseño esto a mis
niños, no puedo, de ninguna manera, cruzar la calle con luz roja cuando este en
mi vida cotidiana, fuera de la sala de clases, ya que debo comprometerme con mi
labor de educadora, si bien, puede que no sean mis niños los que me estén
mirando en ese momento, puede que estén otros niños mirando y vean que el acto
que estoy realizando está correcto. Y así sucesivamente con muchos actos, con
el vocabulario que utilizamos, el cómo resolvemos nuestros problemas y como
vivimos en conjunto con nuestra sociedad, debe ser un estilo de vida, vivir en
valores.
De esta manera
la enseñanza de valores, si bien está muy ligada a lo que nuestra sociedad nos
expone “lo que es correcto y lo que no”, debemos partir de esta base, pero no
quedarnos en esta, ir más allá, haciendo reflexionar a los niños sobre sus
actos y lo que esta sucediendo en la actualidad, ya que pienso que si
escondemos muchas de las problemáticas de la actualidad, a lo mejor nuestros
niños al estar en una situación parecida reaccionarían a lo mejor de una manera
incorrecta, por ende, la reflexión de sus actos y de los actos que suceden a
nivel mundial, les haga concientizar muchos de sus actos y al estar enfrentados
a estas situaciones críticas a lo mejor tengan la posibilidad de actuar tomando
en cuenta sus valores y no solo el satisfacer sus necesidades básicas, ya que,
debemos tomar en cuenta que estamos educando niños, que son nuestro futuro,
futuros médicos, carabineros, trabajadores sociales, etc. Y si no entregamos
estos valores o no los hacemos reflexionar sobre sus actos, ¿Cuándo lo harán?,
¿esperamos que lo realicen cuando sean adultos? ¿Cuándo sean profesionales?,
cómo esperamos que estos tengan ética profesional cuando sean grandes, si
cuando fueron niños jamás se les inculcó o se trabajo con estos en base a
valores. A partir de esto creo que tenemos una gran responsabilidad para con la
educación en valores de nuestros niños, ya que, son nuestro futuro, a partir de
estos crearemos cambios, es desde la cuna donde se deben fomentar actitudes y
valores.
Finalizo
valorizando el trabajo de este estudio de caso, el cual me enseñó a
reflexionar, a indagar sobre temas que tiene mucho que ver con mi labor como
futura educadora, quiero a partir de esto, focalizarme en el compromiso de vida
que requiere esta carrera y los desafíos que se aproximan en cuanto a nivel
personal como en la praxis.
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