domingo, 8 de julio de 2012

Objetivo de Aprendizaje 1 (Conceptual): Conocer estrategias para fortalecer la formación valórica en todas las situaciones que la vida nos plantee.


Análisis y síntesis de la información recopilada:
Se debe comprender que la formación valórica, debe partir desde la infancia temprana, comprendiéndose esta como el primer vínculo que las personas establecen, ya sea con su familia o con su entorno. Es el marco en el cual se aprenden los primeros comportamientos interpersonales, ya que cumplen el rol de primeros modelos, fundamentalmente en la formación socio afectiva, vínculo emocional y valores por medio de sus prácticas y discursos.




En consecuencia, la sociedad, con sus valores y orientaciones, se hace evidente a través de la familia, en una comunidad comprometida con los niños, donde se debe fomentar el respeto y la valoración por la diversidad, en los distintos roles que desempeñan las personas en la sociedad.



Algunos postulados para educar en valores es desarrollar y posibilitar en los niños y niñas una sólida formación integral, en su esfera personal, social y trascendente para construir una sociedad según los valores.

Además se debe promover y favorecer una convivencia basada en el respeto, la tolerancia y la cooperación. De esta manera desarrollar la empatía, palabra que alude significativamente para fortalecer la formación valórica en cada una de las situaciones que la vida nos plantea; Educando así a personas plenas y maduras con un verdadero sentido de la realización personal.

Ciertas estrategias para fortalecer la formación valórica, abarcan distintas capacidades y entre ellas se encuentra, el autoconocimiento, esta capacidad permite una clarificación de la propia manera de ser, pensar y sentir de los puntos de vista y valores personales, posibilitando un progresivo conocimientos de sí mismo, una valoración de la propia persona y en niveles superiores, la autoconciencia del yo.



La Autonomía y regulación: es la capacidad de autorregulación y permite promover la autonomía de la voluntad y una mayor coherencia de la acción personal. Desde la perspectiva cognitiva y constructivista, esto significa que es propio de la persona, la que establece los principios de valor, ya que estos no le vienen impuestos desde afuera, y se organizan para actuar de acuerdo con ellos.

Capacidades de diálogo: estas capacidades, permiten huir del individualismo y hablar de todos aquellos conflictos de valor no resueltos que preocupan a nivel personal y/o social. El diálogo supone los diferentes puntos de vista e intenta llegar a un entendimiento, a un acuerdo justo y racionalmente motivado.


Capacidad para transformar el entorno: es la capacidad que contribuye a la formulación de normas y proyectos contextualizados en los que es necesario de poner en manifiesto, criterios de valor relacionados con la implicación y el compromiso.


Comprensión crítica: es la capacidad orientada a la adquisición de información moralmente relevante en torno a la realidad, al análisis crítico de esta realidad contextualizando y contrastando los diversos puntos de vista, y la actitud de entendimiento y compromiso para mejorarla.

Empatía y perspectiva social: es la capacidad que posibilita al ciudadano a incrementar su consideración por los demás, interiorizando valores como la cooperación, la solidaridad, el conocimiento y la comprensión de las razones, los sentimientos y los valores de otras personas.



Habilidades sociales para la convivencia: éstas hacen referencia al conjunto de comportamientos interpersonales que va aprendiendo la persona y que configuran su competencia social en los diferentes ámbitos de relación. Permiten la coherencia entre los criterios personales, las normas y los principios sociales.

Razonamiento Moral: es la capacidad cognitiva que permite reflexionar sobre los conflictos de valor. El desarrollo del juicio moral tiene como finalidad, llegar a pensar según criterios de justicia y dignidad persona, teniendo en cuenta los principios de valor universal.


En esta misma línea, el Psicólogo Leonardo Zúñiga, nos habla de la responsabilidad que tienen los actores de la vida del niño, en busca de un “modelo a seguir”, por ende los niños no solo toman en cuenta los valores y conocimientos que entregan tanto la escuela como la familia, sino que mas bien la responsabilidad que tiene nuestra sociedad como un todo, en la entrega de este ideal y valores, como por ejemplo, los medios de comunicación masivos, muchas veces entregan contenidos que van en desmedro de los valores que buscamos potenciar en nuestros niños, por ende van en “contra” de los valores que entrega la familia, el colegio o Jardín o “entregan valores completamente distintos, llevando a confundir a estos niños “que es lo bueno y que es lo malo”, pero, es necesario planteare esta gran pregunta: ¿quién regula o quién define lo que es bueno y lo que es malo?, a partir de nuestra sociedad basamos nuestros valores y ética, por esto una vez mas reiteramos la real importancia de trabajar en redes, familia, educación y sociedad como los pilares fundamentales para el planteamiento y persistencia en los valores de nuestras niñas y niños, para cuando se enfrenten a situaciones que hagan dudar sobre sus ideales estos actúen de la “manera correcta” sin tener que ser mediados por un locutor valido externo, esto quiere decir que sin la supervisión de un adulto este sea capaz de escoger la decisión correcta que no pase a llevar la libertad del otro, tomando su opinión y su propio valor , tomando siempre en cuenta que no hay un retroceso de los valores, sino mas bien a partir de las situaciones que nos vamos enfrentando a lo largo de nuestra vida, y según las situaciones que tenemos que enfrentarnos y lidiar, vamos transando con estos, no eliminamos nuestros valores sino que “mediamos con estos”.


                                                                   Javiera Toro

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