Análisis y síntesis de la
información recopilada:
Se
debe comprender que la formación valórica, debe partir desde la infancia
temprana, comprendiéndose esta como el primer vínculo que las personas
establecen, ya sea con su familia o con su entorno. Es el marco en el cual se
aprenden los primeros comportamientos interpersonales, ya que cumplen el rol de
primeros modelos, fundamentalmente en la formación socio afectiva, vínculo
emocional y valores por medio de sus prácticas y discursos.
En
consecuencia, la sociedad, con sus valores y orientaciones, se hace evidente a
través de la familia, en una comunidad comprometida con los niños, donde se
debe fomentar el respeto y la valoración por la diversidad, en los distintos
roles que desempeñan las personas en la sociedad.
Algunos
postulados para educar en valores es desarrollar y posibilitar en los niños y
niñas una sólida formación integral, en su esfera personal, social y
trascendente para construir una sociedad según los valores.
Además
se debe promover y favorecer una convivencia basada en el respeto, la
tolerancia y la cooperación. De esta manera desarrollar la empatía, palabra que
alude significativamente para fortalecer la formación valórica en cada una de
las situaciones que la vida nos plantea; Educando así a personas plenas y
maduras con un verdadero sentido de la realización personal.
Ciertas
estrategias para fortalecer la formación valórica, abarcan distintas
capacidades y entre ellas se encuentra, el autoconocimiento, esta capacidad
permite una clarificación de la propia manera de ser, pensar y sentir de los
puntos de vista y valores personales, posibilitando un progresivo conocimientos
de sí mismo, una valoración de la propia persona y en niveles superiores, la
autoconciencia del yo.
Capacidades
de diálogo: estas capacidades, permiten huir del individualismo y hablar de
todos aquellos conflictos de valor no resueltos que preocupan a nivel personal
y/o social. El diálogo supone los diferentes puntos de vista e intenta llegar a
un entendimiento, a un acuerdo justo y racionalmente motivado.
Capacidad para transformar el entorno: es la capacidad que contribuye a la formulación de normas y proyectos contextualizados en los que es necesario de poner en manifiesto, criterios de valor relacionados con la implicación y el compromiso.
Capacidad para transformar el entorno: es la capacidad que contribuye a la formulación de normas y proyectos contextualizados en los que es necesario de poner en manifiesto, criterios de valor relacionados con la implicación y el compromiso.
Comprensión
crítica: es la capacidad orientada a la adquisición de información moralmente
relevante en torno a la realidad, al análisis crítico de esta realidad
contextualizando y contrastando los diversos puntos de vista, y la actitud de
entendimiento y compromiso para mejorarla.
Empatía
y perspectiva social: es la capacidad que posibilita al ciudadano a incrementar
su consideración por los demás, interiorizando valores como la cooperación, la
solidaridad, el conocimiento y la comprensión de las razones, los sentimientos
y los valores de otras personas.
Habilidades
sociales para la convivencia: éstas hacen referencia al conjunto de
comportamientos interpersonales que va aprendiendo la persona y que configuran
su competencia social en los diferentes ámbitos de relación. Permiten la
coherencia entre los criterios personales, las normas y los principios
sociales.
Razonamiento
Moral: es la capacidad cognitiva que permite reflexionar sobre los conflictos
de valor. El desarrollo del juicio moral tiene como finalidad, llegar a pensar
según criterios de justicia y dignidad persona, teniendo en cuenta los
principios de valor universal.
En esta misma
línea, el Psicólogo Leonardo Zúñiga, nos habla de la responsabilidad que tienen
los actores de la vida del niño, en busca de un “modelo a seguir”, por ende los
niños no solo toman en cuenta los valores y conocimientos que entregan tanto la
escuela como la familia, sino que mas bien la responsabilidad que tiene nuestra
sociedad como un todo, en la entrega de este ideal y valores, como por ejemplo,
los medios de comunicación masivos, muchas veces entregan contenidos que van en
desmedro de los valores que buscamos potenciar en nuestros niños, por ende van
en “contra” de los valores que entrega la familia, el colegio o Jardín o
“entregan valores completamente distintos, llevando a confundir a estos niños
“que es lo bueno y que es lo malo”, pero, es necesario planteare esta gran
pregunta: ¿quién regula o quién define lo que es bueno y lo que es malo?, a
partir de nuestra sociedad basamos nuestros valores y ética, por esto una vez
mas reiteramos la real importancia de trabajar en redes, familia, educación y
sociedad como los pilares fundamentales para el planteamiento y persistencia en
los valores de nuestras niñas y niños, para cuando se enfrenten a situaciones
que hagan dudar sobre sus ideales estos actúen de la “manera correcta” sin
tener que ser mediados por un locutor valido externo, esto quiere decir que sin
la supervisión de un adulto este sea capaz de escoger la decisión correcta que
no pase a llevar la libertad del otro, tomando su opinión y su propio valor , tomando
siempre en cuenta que no hay un retroceso de los valores, sino mas bien a
partir de las situaciones que nos vamos enfrentando a lo largo de nuestra vida,
y según las situaciones que tenemos que enfrentarnos y lidiar, vamos transando
con estos, no eliminamos nuestros valores sino que “mediamos con estos”.
Javiera Toro
Javiera Toro
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